Las baldosas son elementos cuya característica formal principal es que su medida de espesor es mucho menor que las medidas de superficie (anchura y altura).
En el mundo de la piedra, las baldosas tienen dos o tres centímetros de espesor en su mayoría (son los dos formatos más habituales), aunque pueden presentarse en muchos otros espesores.
Su utilización puede ser en solería (tanto en exterior como interior) y en recubrimientos de paramentos verticales.
Las baldosas de uso más generalizado suelen tener la superficie a corte de sierra, pulidas, apomazadas o abujardadas, pero aparte de estos acabados se pueden ofrecer muchos otros más singulares:
– Baldosas con apiconados muy rústicos, a mano. La irregularidad del trabajo imprime mucha naturalidad.
– Abujardados de forma manual. Igual esencia que el anterior.
– Baldosas con la superficie escodada. Este acabado era muy utilizado hace siglos.
– Tratamiento con ácido. Hace que se intensifique el color natural de la piedra y la superficie queda rugosa.
– Envejecidas con cepillo. La superficie también queda rugosa, pero con un tacto fino.
– Aristas con bisel recto grande, redondeadas o envejecidas (semirrotas y redondeadas). Actuando sobre las aristas vistas se crea un volumen importante a la superficie.
– Con superficie flameada. Tratamiento con altas temperaturas (sopletes) que dejan una superficie rugosa y antideslizante.
– Arenadas. El chorro de arena que impacta sobre el material también genera rugosidad.
– Piezas con espesores milimétricos de la piedra que pueden ser flexibles. Con una fina capa posterior para evitar la rotura, se pueden adaptar a superficies curvas.
– Otras con espesores muy finos y reforzadas con fibrocemento o materiales porcelánicos. Tienen la ventaja de estos espesores inferiores a 1 cm y una rigidez importante.
– Baldosas con logos, marcas o inscripciones. Cualquier tipo de trabajo en relieve o talla.
En muchos de estos tipos lo que se desea por parte del cliente es imitar a la piedra que se trabajaba antiguamente, con aquellos acabados superficiales. Existe siempre un anhelo de la autenticidad del pasado…