La escultura de una virgen tiene su técnica, además de las connotaciones emocionales para el cliente, por tratarse de un icono religioso, de gran importancia para mucha gente.
Esta Virgen del Rosario fue encargada para colocar en una hornacina ubicada en la parte superior de la puerta de la iglesia de la Torre de Lloris (pedanía de la ciudad de Xátiva).
El material utilizado para la escultura fue la piedra de Vinaixa, denominada también floresta. Se trabaja con facilidad y perfecta para una pieza en exterior.
Se trata de una arenisca, de tono marrón claro y con un grano bastante fino, lo que permite tallar detalles de pequeño tamaño.
Al tratarse de una piedra porosa, al acabar el trabajo se le aplica un producto hidrofugante, que la protege durante muchos años.
La elaboración de la escultura se llevó a cabo en el taller de Torregris y supuso una serie de pasos, hasta completar la figura en si.
En primer lugar se dibujaron unas plantillas frontal y laterales que sirvieron para un primer desbaste, con eliminación de gran cantidad de material.
Seguidamente, con ayuda de pequeña maquinaria y discos de diamante, se continuó descargando de piedra sobrante la pieza escultórica.
Poco a poco, iban apareciendo las formas de la virgen y el niño en bulto redondo.
Los detalles se van ultimando, poniendo especial cuidado en caras y manos.
La corona de la virgen se hizo en piedra crema cenia, más compacta e idónea, por su resistencia, para una pieza de poco espesor y calada como esta.
El tamaño aproximado era de 120 centímetros de altura.
Se colocó un pedestal, del mismo material, con una placa, también en piedra crema cenia con la inscripción del nombre de la virgen.
Su montaje fue delicado, pero entre varias personas se colocó en su ubicación definitiva.
La corona se colocó una vez estuvo instalada la escultura, al tratarse de una pieza tan delicada.
El recibimiento y trato de la gente del pueblo fue muy amable y agradable. Nos dejó un buen recuerdo…