Una fuente es un elemento que proporciona a un jardín mucha vida, no solamente por la elegancia formal que pueda tener, sino, sobre todo, por el encanto que el fluir del agua imprime en el ambiente.
Este es el relato de una fuente que realizamos en la primavera de 2012 por encargo de un particular para instalar en su jardín en la zona de Segorbe.
Su forma era parecida a otra que habíamos realizado anteriormente, pero con algunos cambios de diseño que el cliente nos indicó.
La fuente de pared debía tener una altura total de 140 cm y se seleccionó como material la piedra de Ulldecona (crema cenia), por tratarse de un tipo muy compacta, cristalina y si poros.
La pila tenía una anchura de 70 cm y 45 cm de fondo, con una altura de 25 cm.
Tanto la pila como el pedestal que sirve de base eran moldurados y con acabado pulido.
Además, en el pedestal y la pieza frontal se delimitaron algunas zonas con acabado abujardado, para darle mejor aspecto por el contraste de superficies.
La altura a la que debía quedar la pila fue determinada por un tubo de desagüe ya existente en la pared donde iba ubicada la fuente.
Por tanto, esta medida fue la que nos indicó la altura del pedestal. También esta circunstancia nos hizo cortar con cierta anchura la ranura trasera en esta pieza.
Es de destacar el motivo decorativo elaborado en la salida del grifo, en forma de flor, que le aporta a la pieza frontal una imagen delicada y natural.
La idea de este trabajo partía de otra fuente que se había elaborado unos años antes. En este caso, el cliente nos indicó las modificaciones que deseaba realizar a aquel modelo y que no tuvimos ningún problema en poner en práctica.
El montaje de las cuatro piezas en que se componía esta fuente fue muy sencillo y el resultado totalmente satisfactorio en cuanto que mejoraba muchísimo el entorno del jardín.