Las fuentes de piedra aparecen desde siempre en jardines, nacimientos de agua, con esa función práctica para abastecer del preciado líquido, o simplemente decorativa para deleite de aquel que la contempla.
Las pilas, pilones, piletas tienen (o tenían) una función más de uso cotidiano. Para abrevar, lavar, asearse… se ubicaban tanto en exterior como en interior.
Es posible que esta conjunción de piedra y agua genere una atracción especial, porque, sin lugar a dudas, ha llamado y sigue llamando la atención de cualquier persona que tenga cierta sensibilidad por la naturaleza.
En Torregris piedra natural, como no podía ser de otra manera, nos encantan este tipo de piezas y hemos elaborado muchas, en variadas formas, materiales y medidas.
Los materiales utilizados para estos elementos siempre han sido poco porosos, puesto que no conviene que el agua se filtre. Aunque en estos tiempos se puede emplear cualquier material porque se pueden aplicar productos hidrofugantes que impiden que el agua penetre.
Las pilas suelen ser de planta rectangular y con formas más rectas. En cuanto a dimensiones son muy variables.
Las fuentes tienen infinidad de formas, pero las podemos clasificar en dos tipos principales: exentas o de pared.
Las fuentes de pared son las que están adosadas a un muro en su parte posterior y suelen tener una pieza de apoyo donde descansa la pila y una pieza frontal de donde sale el caño de agua.
El resto de fuentes que no están adosadas a una pared pueden ser cuadradas, rectangulares, circulares o poligonales, y muchas veces van acompañadas de figuras escultóricas de todo tipo.
Las pilas rectangulares antiguas o imitación de las antiguas, aunque de nueva factura se usan cada vez más para colocar en jardines, a modo de piezas decorativas. Su rusticidad hace que le dé al entorno un aire de lugar natural y con historia…