La piedra como material que surge en la naturaleza, tan antiguo como nuestro planeta, supone en muchas ocasiones una fuente de inspiración en muchos procesos creativos.
Su carácter de dureza, resistencia al paso del tiempo, naturalidad, origen muy lejano en el tiempo, hacen de ella que encarne el papel de material con fuerza por excelencia.
De modo que a lo largo de la historia del hombre aparece la piedra como chispa que enciende la llama en algún lugar del cerebro de cualquier mente creativa.
Tenemos sin duda infinidad de ejemplos a lo largo de la historia que ilustran esta fuerza inspiradora. Anotaremos brevemente algunos de ellos a continuación.
Inspira en la literatura: este mencionado carácter que posee la piedra como materia, que influye en los paisajes, en las personas, en los animales, en las plantas, acompaña a muchísimas historias, relatos, cuentos, ensayos, poesía…
Inspira en la pintura: ya los albores de la cultura del ser humano, en las pinturas rupestres que servían de base de trabajo y aprovechaban algunas formas o huecos para que formasen parte de una imagen.
También formando parte del entorno natural y con la cualidad de la textura y los colores que adquiere con los cambios de luz a lo largo del día y de las estaciones, el cambio de estar seca a cuando está mojada.
Inspira en la escultura: el hecho de poder ser trabajada para obtener de ella cualquier forma y, a la vez, muy diferentes texturas superficiales, convierte a la piedra en material ideal para la talla.
Teniendo en cuenta que se pueden encontrar tantos tipos de piedra diferentes, con tonos, dureza, brillo, vetas, aguas muy diversas se abre un amplísimo abanico de posibilidades.
Inspira en la arquitectura: desde siempre utilizada para construir todo tipo de edificios, la piedra como materia prima en la elaboración de piezas destinadas a este fin ha sido el material por excelencia durante milenios.