La piedra más natural es la que se encuentra uno directamente en el monte, que está aislada de la roca madre, independiente, y afectada normalmente por los agentes atmosféricos.
En algunas ocasiones hemos empleado este tipo de piedras o bien por recogerlas directamente de una zona accesible o porque algún cliente las ha traído al taller para que elaboremos algún tipo de pieza.
Lo cierto es que el uso de este tipo de material casi siempre comporta bastantes problemas.
En primer lugar, al tratarse de piedras que han estado expuestas a la intemperie, la textura y el color exterior que podemos apreciar no tiene nada que ver con el verdadero color de su interior, que aflora al cortarla.
En este sentido, antes de cortar, siempre deseamos que aparezca algo muy bonito y que nos sorprenda gratamente, lo que no suele ocurrir.
La mayoría de veces aparece un tono que no esperábamos o huecos demasiado abundantes, o incluso pelos que pueden resultar fatales para la pieza en si.
Todo esto puede llegar a ser más o menos significativo según el criterio del cliente y según el tipo de trabajo a realizar.
No tiene nada que ver que el destino de la piedra más natural sea para sillería, para una pila o para una pieza escultórica.
Está claro que cuantos más detalles deba tener la pieza elaborada más importante será la ausencia de variaciones grandes de color, o de huecos de diferentes tamaños.
Estos huecos se pueden reparar pero hasta cierto límite, puesto que si son grandes serán muy difíciles de disimular. También depende del acabado superficial que le apliquemos, ya que no es lo mismo para una superficie pulida que para un abujardado, por ejemplo.
La otra parte importante es la percepción que tiene el cliente de que al aprovecharse una piedra que es aparentemente gratis el precio debe ser mucho más económico.
Esto casi nunca es cierto puesto que los costes de manipulación, corte y reparación de imperfecciones suele ser mayor que el coste de compra del material de cantera.
De todas formas, aún teniendo en cuenta esto, a veces se da el caso de que la piedra más natural tiene un valor simbólico importante por el lugar de donde proviene.