Las marcas de cantero en su conjunto se nos muestran a lo largo y ancho de los Caminos de Santiago, y revelan un código cultural de una complejidad extraordinaria, reflejo en muchos casos de una firma personal del propio cantero.
Mediante la talla, la piedra es elevada al ámbito de lo simbólico y de lo significativo. La importancia que tiene la piedra en la perdurabilidad de una idea o mito es fundamental a la hora de comprender el lenguaje del poder.
En tiempos pretéritos, si por una parte las viviendas de la gente eran construidas con materiales perecederos, el templo, el castillo o la casa del noble, tenían que ser de piedra para pregonar su dominio y grandeza sobre el tiempo.
La realidad es que las labores de la piedra forman parte de la propia esencia del Homo sapiens.
La asociación gremial en la Antigüedad y en la Edad Media era un fenómeno común, pero pocos de estos grupos mantuvieron el prestigio social y la influencia posterior como el de los constructores.
El gremio de los albañiles eran los mejor organizados y más exclusivos de la Edad Media.
Las cofradías de canteros estaban integradas por los operarios que debían tallar los sillares, los tallistas, especializados en darles forma y los encargados de hacer los planos con los diseños de plantillas y esculturas.
Fue en la transición de los siglos X al XI cuando los canteros de Occidente comenzaron a firmar sus obras con marcas de cantero.
Entre los siglos XI y XII tuvo lugar en el sur de Francia y norte de España un brillante resurgir de construcciones eclesiales que además suponen un nuevo aporte de experiencias artísticas y arquitectónicas.
Sorprendentemente, las marcas de cantero no recibieron atención hasta mediados del siglo XIX.
La hipótesis más aceptada, expuesta por M. Dridon y Viollet-le-Duc, explica las marcas de cantero como signos lapidarios pertenecientes a la categoría de signaturas personales de los canteros, aparejadores y maestros de obra que, en muchos casos, servían para señalar el trabajo realizado, y determinar así el salario correspondiente.
Existen diversas opiniones e hipótesis a la hora de explicar el significado de ciertas marcas de cantero, pero de cualquier forma su lectura e interpretación sigue estando sujeta a discrepancias.
Lampérez y Romea ha resumido cinco de las más importantes que, aunque formuladas a principios del siglo XX, mantienen su vigencia. Estas son:
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Las marcas de cantero son el alfabeto de un lenguaje mágico y esotérico, con origen en la magia caldea y empleado como conjuro contra las potencias enemigas y de la Naturaleza.
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Las marcas de cantero están gravadas para el ajuste y asiento respectivo de los sillares.
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Las marcas de cantero son las firmas y signaturas de cada cual, para facilitar la posterior liquidación y cobro del trabajo.
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Las marcas de cantero son marcas personales referentes a su nombre (en forma de inicial o monograma), a sus creencias o devociones (un objeto simbólico o alegórico), a su estado social o profesión pasada o presente (un signo de esclavitud o un útil) o la época en que se labró la obra (un signo astrológico, etc.).
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Las marcas de cantero podrían ser, en algunas ocasiones, conjunta e independientemente de algunas de las anteriores significaciones, una signatura del donante de un sillar, de una columna, de una bóveda, etc.