Entendemos por orden arquitectónico al conjunto formado por columna y entablamento dispuestos según unos cánones establecidos.
La historia de los órdenes se remonta al mundo griego. Fueron los griegos quienes crearon tres formas de construir: una robusta, dórica; una delicada, corintia; y otra intermedia, jónica. A cada uno de estos órdenes les dieron proporciones basadas en las medidas del cuerpo humano: el dórico se corresponde con el canon masculino, el jónico con el femenino y el corintio con el de una doncella. Al igual que la proporcionalidad de los miembros del cuerpo humano, en los edificios griegos, cada elemento del orden arquitectónico ha de tener unas dimensiones que se corresponden con el resto y con todo el edificio.
Los romanos incorporaron un nuevo orden de origen etrusco –el toscano- más pesado y voluminoso que el dórico.
En Roma, el orden pierde su función estructural de sustentar los techos, ya que al abandonar las formas adinteladas griegas y construir con arcos y bóvedas, pasa a ser el muro, y no la columna, el que soporta los empujes.
La arquitectura renacentista recuperó los órdenes. El conjunto de los cinco órdenes romanos (Alberti, observando las ruinas romanas descubre un orden que combina el jónico y el corintio al que denomina compuesto) quedó como regla que obligatoriamente había que cumplir si se deseaba realizar una obra bella y correcta.
Esta arquitectura era pura aritmética, combinación de medidas proporcionales que parten de un “módulo” extraído del orden. Todos los tratadistas buscaban fórmulas perfectas para construir un orden arquitectónico. Unos se basaron en Vitruvio (arquitecto romano autor del único tratado de arquitectura conservado de la antigüedad). Otros, como Vignola crearon el suyo propio.
Los órdenes se mantuvieron como esencia de la arquitectura hasta el siglo XIX, a aún sujetos a los cambios de los estilos artísticos (un corintio barroco casi no se parece a un neoclásico), conservaron sus características inconfundibles. Todavía hoy perviven en construcciones modernas.