Los pináculos de piedra a los que referimos el presente artículo fueron encargados por una constructora de Ontinyent a principios del año 2011 para sustituir a otros muy dañados en un campanario de la misma localidad.

Los antiguos pináculos de piedra presentabas fisuras importantes y faltas de material en algunas partes que habían sido reparadas con mortero de cemento, que, con el tiempo, había dejado de tener buena unión con la piedra.
Además, la piedra utilizada en aquellos pináculos era bastante porosa y con el tiempo y la acción del agua había ido degradándose en amplias zonas.
Por tanto, se trataba de elaborar unos nuevos pináculos, con la misma forma y medidas que los antiguos, pero en una piedra más compacta y no porosa.
En primer lugar, la piedra elegida fue la piedra de Ulldecona (crema cenia), por tratarse de un material muy cristalino, sin poros, ideal para un trabajo de este tipo.
Estos pináculos de piedra estaban constituidos por tres piezas, todas ellas taladradas por el centro para poder colocar unas varillas interiores que diesen mayor estabilidad al conjunto.
La altura total del pináculo era de 84 cm y las medidas de cada una:
- Pieza inferior de 22 cm de altura y 24,5 cm de diámetro en la base.
- Pieza central de 33 cm de altura y 36 cm de diámetro máximo.
- Pieza superior de 30 cm de altura y 16 cm de diámetro en la base y 11 cm de diámetro en la parte más esbelta.
Por tanto, con estas medidas y las plantillas de los perfiles de las piezas, se llevó a cabo la talla de cada elemento, poniendo especial énfasis en que las superficies de unión fuesen exactamente perpendiculares a los ejes.

Se acabaron con una superficie lijada, de aspecto liso pero sin brillo, para que quedaran en consonancia con el resto de piedra ya envejecida del conjunto.
Con una buena colocación, lucen estos dos nuevos pináculos en su lugar definitivo, por encima de los tejados de la capital de la Vall d’Albaida.