Los relojes de sol de piedra son elementos que se han utilizado desde la antigüedad. Los denominados también cuadrantes han servido para determinar las horas del día.
Aunque se han utilizado diferentes materiales en su construcción, la piedra es el material más noble y clásico. Cualquier piedra apta para ser tallada y útil para el forro de fachadas, y extraíble sin excesivos despieces, es idónea.
Cuando se supera una superficie del orden de 1 m² puede ser conveniente construir el cuadrante en dos piezas separadas por la línea equinoccial, cuya ranura disimula la junta. Piedras frecuentes son los granitos, las pizarras, los mármoles y las calizas y calcarenitas.
Los relojes de sol de piedra tienen la evidente ventaja de su calidad y durabilidad, así como de poderse esculpir el cuadrante en un taller fuera del lugar de su colocación, con el concurso de artistas o escultores válidos. Este es, por tanto un tipo de trabajo que elaboramos en Torregris piedra natural.
Existen diferentes tipos de relojes de sol:
– Cuadrante declinante: aquellos verticales no orientados, es decir, en que la normal a su plano no coincide con la meridiana. La mayoría de relojes de sol de piedra son de este tipo.
– Cuadrante ecuatorial: es aquel cuyo plano es paralelo al ecuador, con independencia de la latitud del lugar donde se construya.
– Cuadrante lateral (oriental u occidental) o meridiano: son aquellos verticales cuyo plano mira exactamente a Levante o Poniente. Es caso particular del polar.
– Cuadrante orientado y ortomeridiano: es aquel cuadrante vertical que se haya exactamente orientado al Norte o al Sur, es decir, en que una perpendicular al plano del mismo sigue la meridiana.
– Cuadrante polar: es aquel cuyo plano es paralelo al eje de la Tierra.
– Cuadrante vertical: es aquel cuyo plano es vertical. Viene definido por la latitud y por la declinación.
– Reloj analemizante: en estos, el estilo ha de ser desplazado como consecuencia de la variación a lo largo del año de la declinación solar. Se trata de una generalización de los comúnmente llamados analemáticos que constituyen un caso particular.
– Reloj ánulo: es aquel en forma de anillo, y usualmente portátil, que mide la hora por medio de la combinación del calendario y de la altura del sol, en posición de suspendido y leyendo la incidencia de un rayo que produce un punto de luz en las líneas horarias de la superficie interna del anillo.
– Reloj azimutal: es aquel horizontal –generalmente portátil- en que la hora se mide por la intersección de la sombra de un estilo vertical con unas líneas horarias curvas combinadas con unas líneas de calendario, generalmente círculos concéntricos con la base del estilo. El analemático es un caso especial en que la línea de calendario es única, pero debe desplazarse ésta o el estilo en función del calendario.
– Reloj bifilar: este tipo se aparta de los clásicos y carece de gnomon. La hora viene dada por el punto de intersección sobre el plano de líneas horarias de las sombras de dos “hilos” fijos en el espacio y de forma predeterminada, como pueden ser rectas, parábolas o catenarias.
– Reloj cilíndrico: es aquel cuya superficie de líneas horarias está constituida por un cilindro de revolución.
– Reloj cilindro o de pastor: la hora viene dada por la combinación de un calendario con la altura del sol materializada por la sobra vertical de un vástago. Dícese que su nombre de “pastor” proviene de haberlos usado de antiguo los pastores del Pirineo en modalidades sencillas.
– Reloj esférico: es aquel ecuatorial en que la superficie donde se proyecta la sombra del gnomon o de su punta es una esfera. El eje del gnomon (paralelo al de la Tierra) determina dos puntos sobre la esfera donde pasan los círculos máximos que definen las horas.
– Reloj oblicuo: es aquel cuadrante cuyo plano no es ni vertical ni horizontal, sino que forma un cierto ángulo, no recto, con la vertical o la horizontal diferente de la latitud del ecuatorial.
– Reloj tórico: es aquel ecuatorial en el que la superficie de revolución es sensiblemente tórica.
Como vemos, la variedad de estos elementos es amplísima, y en el taller de Torregris, los relojes de sol de piedra que hemos elaborado son declinantes, de los más sencillos.
Como ejemplos de lo indicado tenemos uno más sencillo, más plano
Y otro más elaborado, con volúmenes tallados en la piedra y las inscripciones y líneas necesarias.
En todo caso, los relojes de sol de piedra que podemos elaborar en el taller son cualquier modelo que el cliente desee…