La reparación de la piedra es una operación que se lleva a cabo en muchas ocasiones.
Cuando hablamos de reparación de la piedra nos referimos a devolver al material a su anterior estado, después de algún tipo de alteración sufrida que ha producido un daño estético y que compromete su integridad.
Las alteraciones producidas en la piedra pueden ser de diferentes tipos:
- Transformación superficial: cambios de tono y textura debidos a agentes meteorológicos, contaminación, seres vivos, desmenuzamiento de la capa superficial, etc.
- Deformaciones y roturas: Se pueden producir cambios de forma en piezas de poco espesor, debidos a cambios de temperatura. Las roturas pueden ser de muy poca profundidad (fisuras) o de mayor importancia (grietas).
Las grietas pueden llegar a provocar la rotura total y separación de partes de una pieza.
- Pérdida de material: Pudiendo ser de manera superficial (excoriaciones, descamaciones, meteorización) o falta de elementos de cierto volumen o parte de ellos.
Para llevar a cabo la reparación de la piedra hay que tener claro en primer lugar cuales son los daños que pretendemos arreglar para poder planificar los materiales, herramientas y metodología que aplicaremos al trabajo.
Es importante también tener claro en primer lugar qué tipo de piedra es sobre la que vamos a actuar, puesto que las diferentes texturas, estructuras y composiciones nos obligarán a utilizar diferentes herramientas y materiales.
Cuando el problema es superficial, lo más habitual es aplicar productos consolidantes (evitan la disgregación) e hidrofugantes (evitan que el agua penetre en su interior, con los consiguientes problemas generados).
Siempre hay que tener en cuenta que estos productos no deben cambiar el tono ni brillo (o ausencia de él) de la piedra natural.
Para tapar fisuras y grietas o rellenar huecos más grandes se suelen utilizar morteros a base de cal y áridos obtenidos de la misma piedra (que se pueden colorear con pigmentos naturales).
También se emplean para rellenos y pegados las resinas epoxi o tixotrópicas que igualmente se pueden mezclar con áridos y tintes, en este caso artificiales.
Para las piezas faltantes se suelen tallar en el mismo tipo de piedra o similar una pieza que se pega al material original.
Cuando los rellenos o piezas pegadas son de cierto volumen nos podemos ayudar con un refuerzo estructural a base de varillas de fibra.
Estas varillas pueden ser de diferentes diámetros y tienen la ventaja de que no se oxidan.