La piedra angular es una locución que engloba una serie de significados diferentes, dependiendo del contexto o de la persona que la emplee.
El nombre de piedra angular se conforma con estas dos palabras: piedra, que define algo duradero, fuerte… y angular, de tener unas características de líneas rectas trabajadas, con superficies bien planas, sin fisuras.
Desde luego este es un concepto muy potente que procede de la antigüedad, empleándose ya en periodos antes de Cristo en diferentes ámbitos.
Puede referirse a una persona o un objeto que es muy importante en algún sistema o proceso con el que se quiere conseguir algo.
En una estructura de fábrica elaborada en piedra, la piedra angular puede ser la que se coloca en la primera hilada del muro o en la cimentación y todas las demás deben tener su posición en referencia a ésta.
Cuando hablamos de sillería (piedras talladas con caras perpendiculares), la piedra angular es, como su nombre indica, la que va colocada en la esquina, teniendo normalmente un tamaño mayor a las demás.
Los ángulos de sus aristas son de 90 grados en la mayoría de los casos, encontrando muros perpendiculares de altura variable.
Es por tanto un elemento de la estructura que juega un papel muy importante en la solidez de la obra, teniendo que permanecer inmóvil a lo largo de los siglos.
En la religión católica se considera a Jesús como piedra angular de la iglesia, la base espiritual sobre la que se construye todo un relato de respeto y adoración en torno a su figura.
En la construcción de una iglesia, la piedra angular puede tomarse como sinónimo de la primera piedra, apareciendo este concepto ya en las Escrituras, metáfora de Jesús en el caso de la Iglesia como institución.
En todo caso, siempre hay que buscar, respetar o intentar llegar a ser piedra angular…